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sábado, 8 de noviembre de 2008

arte
Frío sucio de ciudad
Jesús Susilla inaugura en Octógono «Pintura Urbana», una serie empapada de soledad y melancolía



Jesús Susilla, ayer, en la galería Octógono. ricardo solís
E. CAMPO El frío «sucio» de la ciudad es lo que el vasco Jesús Susilla intenta atrapar en sus cuadros. «Pintura Urbana», la exposición que ayer inauguró en la galería Octógono, es una buena muestra de ese gusto por reflejar una ciudad donde los habitantes han desaparecido y sólo quedan las calles, los coches en los desguaces, los andamios y los edificios. «Me encuentro cómodo en esa sensación de frío, de soledad y melancolía», explicó el pintor, que busca los detalles que pasan desapercibidos de la vida en la ciudad. «Puede parecer un argumento muy poco comercial, pero es lo que yo aporto a la tradición figurativo-urbana», añadió. La ciudad de Susilla es impersonal, puede ser cualquiera. Otra de las características de su pintura es el tratamiento de las primeras manos, con una «relación de continuo sufrimiento» para conseguir que las texturas se vean, dando distintos matices al resultado final. Jesús Susilla afirmó que, en su opinión, la pintura figurativa está recuperando un hueco que había perdido en favor del arte abstracto, y se mostró optimista respecto a la poca influencia de la crisis en el arte: «El amante del arte seguirá comprando», concluyó.

miércoles, 3 de septiembre de 2008

“Asfalto, velocidad, la belleza de lo instantáneo, lo fugaz.
Contemplamos a un pintor con indudable estilo propio y personal. La pintura de Susilla nace en la profundidad del ser, la esencia misma de la pintura. La pintura de lo actual, lo urbano, lo sucio, en la que sólo los pintores con sensibilidad y talento captan la belleza que se encuentra en cualquier rincón que recorremos habitualmente sin percatarnos de su singularidad y que él lo lleva al nivel de lo sublime. Una actividad urbana tan cotidiana e incesante, como inadvertida, excepto para el propio artista.
Para ello Susilla no oculta el proceso de creación, es espontánea, energía en estado puro; sus atmósferas son creadas de forma violenta en un proceso de lucha con la pintura; crear y destruir, de lo que sólo lo mágico quedará en cada capa.
De estas manchas exquisitas nacen atmósferas vivas, respirables; y de ellas emergen las edificaciones y sus vehículos, caracterizado todo ello por la robustez en sus formas, tan sencillas como honestas. Tampoco puedo olvidarme de uno de los elementos vitales en el dibujo de su obra, la línea; las líneas de Susilla cruzan sus cuadros de manera vertiginosa como poseídas de vida propia.
Ojalá pudiéramos ser capaces todos de recoger toda la fuerza e ilusión que Susilla pone en sus cuadros.”

Guillermo Sedano
PREMIO BMW 2.007