arte
Frío sucio de ciudad
Jesús Susilla inaugura en Octógono «Pintura Urbana», una serie empapada de soledad y melancolía
Jesús Susilla, ayer, en la galería Octógono. ricardo solís
E. CAMPO El frío «sucio» de la ciudad es lo que el vasco Jesús Susilla intenta atrapar en sus cuadros. «Pintura Urbana», la exposición que ayer inauguró en la galería Octógono, es una buena muestra de ese gusto por reflejar una ciudad donde los habitantes han desaparecido y sólo quedan las calles, los coches en los desguaces, los andamios y los edificios. «Me encuentro cómodo en esa sensación de frío, de soledad y melancolía», explicó el pintor, que busca los detalles que pasan desapercibidos de la vida en la ciudad. «Puede parecer un argumento muy poco comercial, pero es lo que yo aporto a la tradición figurativo-urbana», añadió. La ciudad de Susilla es impersonal, puede ser cualquiera. Otra de las características de su pintura es el tratamiento de las primeras manos, con una «relación de continuo sufrimiento» para conseguir que las texturas se vean, dando distintos matices al resultado final. Jesús Susilla afirmó que, en su opinión, la pintura figurativa está recuperando un hueco que había perdido en favor del arte abstracto, y se mostró optimista respecto a la poca influencia de la crisis en el arte: «El amante del arte seguirá comprando», concluyó.
Frío sucio de ciudad
Jesús Susilla inaugura en Octógono «Pintura Urbana», una serie empapada de soledad y melancolía
Jesús Susilla, ayer, en la galería Octógono. ricardo solís
E. CAMPO El frío «sucio» de la ciudad es lo que el vasco Jesús Susilla intenta atrapar en sus cuadros. «Pintura Urbana», la exposición que ayer inauguró en la galería Octógono, es una buena muestra de ese gusto por reflejar una ciudad donde los habitantes han desaparecido y sólo quedan las calles, los coches en los desguaces, los andamios y los edificios. «Me encuentro cómodo en esa sensación de frío, de soledad y melancolía», explicó el pintor, que busca los detalles que pasan desapercibidos de la vida en la ciudad. «Puede parecer un argumento muy poco comercial, pero es lo que yo aporto a la tradición figurativo-urbana», añadió. La ciudad de Susilla es impersonal, puede ser cualquiera. Otra de las características de su pintura es el tratamiento de las primeras manos, con una «relación de continuo sufrimiento» para conseguir que las texturas se vean, dando distintos matices al resultado final. Jesús Susilla afirmó que, en su opinión, la pintura figurativa está recuperando un hueco que había perdido en favor del arte abstracto, y se mostró optimista respecto a la poca influencia de la crisis en el arte: «El amante del arte seguirá comprando», concluyó.